No se cuantas veces he escuchado que Ronda enamora, por eso quiero traerte... Perder el miedo a sus curvas no es fácil , pero piensa que te esperan sus leyendas, nuevas vivencias con olor a pinsapo y romero, compañía de gente muy buena, la gente que tanto venero.
Quiero invitarte a mi Ronda, verla amanecer a tu lado, recorrer sus rincones con sabor a bandolero, describírtela, retratártela como Doré o Merimé lo hicieron, pasear por su alameda tras desayunar con matices de picual e ibérico, para enseñarte desde su balcón, un paisaje que con el Edén confundieron.
Perderte entre sus calles empedradas, encendidas de flores, forja, cal y aires solariegos. Que sientas la frialdad de la piedra entre cantos de jilgueros y el calor que te brinda este amigo, mi entusiasmado viajero. Advertir su arquitectura musulmana, barroca, del renacimiento..., contemplar sus murallas, pensar que estás viviendo un sueño, tras reflejar en tu mirada, la puesta de sol desde el Puente Nuevo.
Al fatigar de tus piernas cansadas y el dolor de tus pies tras el paseo, pondremos fin en tabernas, bares y en los fogones más selectos. Bergante sonrisa al disfrutar de sus sabores hallaremos, pues... toda la ilusión de un chiquillo tengo en que conozcas mi cuna, mi raíz, mi pueblo...
Javier Jiménez Perdigones
Gracias Javier!
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