Durante estos días mucha gente se ha acercado a mí o me han enviado mensajes privados en Facebook, en gmail, a través del blog, etc., para preguntarme cosas sobre "el mundo" de las Damas Goyescas, dos de ellas se han repetido en muchas ocasiones... ¿Qué se debe hacer para ser una Dama Goyesca? ¿Qué vestuario tiene que tener?
Hoy os voy a contestar a la primera...
Ante todo para solicitar ser una Dama Goyesca hay que tener en cuenta que esto no es un juego, no es lucirse por la calle, es una responsabilidad ante todo.
En broma, un día mis niñas y yo decíamos que para ser goyesca hay que sufrir, es exagerado pero en cierto modo es cierto. La mayoría de las chicas entre dieciocho y veintidos años llevan un estilo diferente de vida durante la feria a lo que se vive en esos días con nuestra medalla colgada, su vida normal en una feria suele ser salir con los amigos, trasnochar, levantarse tarde y poco más. Con esto me refiero a chicas que no trabajan o que tienen la suerte de tener vacaciones la semana entera.
Ser goyesca significa tener que sacrificar algunas cosas, las damas goyescas no viven la feria únicamente con sus amigos o con su familia por ejemplo, aunque en mi caso, yo, como Presidenta y junto al Ayuntamiento, hemos querido que los padres de mis niñas las acompañaran en todos los actos posibles, incluida mi fiesta, ellos también se merecían disfrutar junto a sus hijas por el esfuerzo que hacen para que ellas sean felices, las chicas tampoco pueden acostarte todos los días a las siete de la mañana después de comer churros porque a la mañana siguiente a las nueve o a las once tienen a la peluquera en casa para prepararlas, por muy cansada o malhumorada que estén tienen que levantarse y vivir siendo goyesca porque solo se vive una vez y es una experiencia única. Son sacrificios que hacen pero que os puedo asegurar que merece la pena.
En estos días subiré un post con mensajes de mis niñas y os daréis cuenta de lo que estoy diciendo, todas describen esta experiencia como algo inolvidable a pesar del agotamiento que han tenido algunos días.
Y dicho esto, voy a contestar a esa pregunta de la que hablaba al principio... Para ser una Dama Goyesca...
Es fácil solicitarlo, la chica que quiera ser Dama Goyesca debe dirigir una carta al Ayuntamiento, a Delegación de Fiestas con una fotografía.
En esa carta tiene que poner sus datos personales y si quiere, escribir además, el por qué de esta solicitud, por qué quiere ser Dama Goyesca. Al menos eso es lo que me contaron que hicieron algunas de mis niñas.
Este año había una larga lista de chicas que tenían la ilusión y que querían cumplir su sueño pero no todas han podido hacerlo realidad. Me voy a permitir dar un consejo a quien lo quiera solicitar, aunque no soy muy dada a eso, es muy importante para ser Dama Goyesca, que la ilusión la tenga ella, la niña, no su madre o su familia, porque si no es su sueño ni lo disfrutará ni podrá aguantar los nervios ni el estrés de estos días, hay que vivirlo con ganas desde el primer momento, hay que disfrutar todos y cada uno de los actos con ilusión, hay que compartir sonrisas y demostrar la alegría y la felicidad que se siente con todo el mundo indiferentemente de quienes sean, los conozcas o no.
Aunque a esas chicas que no lo tienen muy claro, que no saben si ser o no una Dama Goyesca, a esas que su madre la anima a que lo sea, a las que les da vergüenza por su timidez, les voy a decir una sola cosa, que si tienen la oportunidad que se "atrevan", porque merece vivir esta experiencia con ilusión estos días son irrepetibles y únicos y no se olvidan en la vida, que le echen un vistazo a mi blog. Tengo que reconocer que yo no fui nunca Dama Goyesca porque con 18 años era muy tímida y me "aterraba" eso de estar frente a tanta gente, hoy, después de haber vivido esta experiencia con cuarenta y un años, pienso que ojalá lo hubiera sido también cuando me lo proponían teniendo la edad de mis niñas, pero como no se puede volver a esos dieciocho o esos veinte, este año voy a disfrutarlo por las dos veces, por la de ahora y por aquella vez que pude serlo y no lo fui.
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