Prueba de mi traje de Goyesca. Ilusión...

Esta mañana me he acordado de ti, Ramiro, bueno, precisamente de ti no,  más bien de tu blog para ser sincera... 

 

 

 

He ido a la prueba de mi traje de Goyesca... Allí estaban Conchi, la modista, y mi madre colocándome la falda, la chaqueta, observando las dos como quedaban los encajes, el escote, las mangas... 

 

Estaba mirándome al espejo cuando al girarme vi sobre la mesa mi dibujo con el diseño y pensé en esa entrada que colgaste en tu blog aquel 2 de Septiembre de 2011, "La Goyesca antes de la Goyesca"...

 

"Para un torero, la Goyesca comienza en el mismo instante en que su apoderado le comunica, allá por primavera, que ha entrado en el cartel. A partir de ese momento, se disparan las alarmas y el matador y su entorno se convierten en un trasunto de novia en carrera contrarreloj hacia la fecha de su boda: buscar hotel, tratar de conseguir el mayor número de entradas posibles – todas pagadas a la empresa – para atender a familiares, amigos y compromisos…y, lo más importante para toda novia que se precie, ir al sastre a encargar el vestido que, por supuesto,  nadie deberá ver hasta el mismo día de su estreno y jubilación.

 

En nuestro caso este año, hubo una petición del torero que fue recibida con sorpresa y desconcierto inicial pero que acabó siendo aceptada desde el nerviosismo y la ilusión. Pusimos en contacto a la novel diseñadora con el veterano sastre y se concretó una cita a la que aquella acudió con su preciado y secreto boceto bajo el brazo..."  (Desde el "cochecuadrilla". Blog de Ramiro Curá)

 

Me di cuenta que habías plasmado perfectamente con tus palabras y con esa comparación con el traje de novia, el sentimiento que se tiene y lo que es en realidad tanto un traje de torero como un traje de goyesca para la misma ocasión, la Goyesca de Ronda.

 

Pensé en el momento que me anunciaron que iba a ser Presidenta y que lo primero que se me vino a la cabeza aquel día fue el traje... Es una carrera contrarreloj, como bien dices, buscar la tela perfecta que quede bien con ese diseño que tenía en mente desde hace años, la modista estaba claro quien iba a ser, no hubo que buscar mucho, pero si decidir encajes, pasamanerías, bordados o apliques. Muchas dudas en la cabeza, una de ellas, ¿quedará bien?, yo no soy diseñadora y en esto me había metido de cabeza.

 

Hoy viéndome ante el espejo me di cuenta que era tal y como lo había imaginado, el traje que yo quería, que como tú dices, "nadie deberá ver hasta el mismo día de su estreno", como si fuera una novia, con esa felicidad que, se supone, toda novia lleva al altar y como suele pasar en las bodas, habrá gente a la que le guste más o le guste menos el traje, pero es la ilusión de la novia, de la dama goyesca en este caso. Me emocioné al verme vestida de goyesca, casi lloro pero no, no lo he hecho aunque no prometo nada el día de la imposición de medallas o el día de la Goyesca, esos días no se si podré controlar las lágrimas.

 

Uff... no lo iba a decir pero tengo que confesar una cosilla... desde pequeña tenía en mente tres diseños para mi traje de goyesca. ¿Os gustaría saber que he hecho con esos tres diseños?

 

Tic, tac, tic, tac... Comienza la cuenta atrás...

 

 

 

 

Gracias Ramiro.